La palabra apiterapia, cuya etimología proviene del latín y del griego, significa el uso de
los productos de las abejas —miel, polen, jalea real, propóleo, etc.— con una finalidad terapéutica
o preventiva. Frecuentemente se utiliza el término para referirse a las terapias que usan
apitoxinas o venenos de abeja, y aunque no es incorrecto usar el término
apiterapia
pues la palabra engloba a todas las terapias que utilizan productos apícolas, este método concreto
se denomina apitoxiterapia. El principio de la apitoxiterapia es la administración de este
veneno o apitoxina ya sea mediante la acción directa de la abeja sobre la piel del paciente,
inoculando el veneno, o por una inyección. Debe simultanearse con el consumo de otros productos de
las
abejas
para así aprovechar sinergias. Este método de curación de la medicina alternativa se está
posicionando como una muy buena opción terapéutica por los efectos beneficiosos que produce en el
estado general de salud.
Historia de la apiterapia
Se desconoce el origen exacto de la apiterapia, habiendo registros históricos en
el antiguo Egipto, China, Grecia. Pinturas rupestres en Europa de hace 12.000 años que representan
hombres cosechando
miel
dan cuenta de la importancia de este producto como nutriente y medicina. Textos sagrados como El
Corán, la Biblia y el libro de los Vedas ya mencionan las
propiedades curativas de la miel
y otros productos de las abejas. Existe un primer registro sobre Apiterapia en una tablilla sumeria
de alrededor de 3000 a. de C., en la antigua Mesopotamia —actual Siria e Irak— que prescribía miel
para tratar ulceraciones y afecciones de la piel. La medicina tradicional del antiguo Egipto, hace
4000 años, utilizaba frecuentemente la miel, la cera y el
propóleo
o cera negra, usando éste último junto con otros ungüentos e ingredientes para embalsamar los
cuerpos de los faraones, por las cualidades de asepsia y bactericidas que tiene este
producto.
Hipócrates, a quien se considera el Padre de la Medicina, hace 2400 años usaba
veneno de abejas, y recomendaba la miel para tratar numerosas enfermedades y curar heridas. La
medicina tradicional china también ha utilizado ampliamente los productos de las abejas en usos
medicinales. Se cuenta la milagrosa curación de Carlomagno de la enfermedad de gota crónico gracias
al veneno de abejas. En los siglos XIX y XX, prestigiosos médicos han descrito sus experiencias y
descubrimientos acerca del valor curativo del veneno de abeja, como el Dr. W. Wolf «Apis
Meliffica» de 1958, o Bodog Beck «Terapia con veneno de abejas» de 1935. Se considera a
Philip Terc como el padre de la apiterapia, siendo el primer investigador que describió los
usos terapéuticos de la apitoxina, en su estudio «Informe sobre una Conexión Peculiar entre
las picaduras de las abejas y el reumatismo» publicado en 1888.
Tratamientos y usos de la apiterapia
En cuanto a los usos terapéuticos, el veneno de abejas se utiliza como
tratamiento para eliminar cicatrices, contra la artritis, tendinitis,
herpes zóster, esclerosis, entre otras. Se utiliza eficazmente en reumas de todo
tipo, artrosis, gota, fiebre reumática. Tiene poder antiinflamatorio, calmante
y antibiótico y corrige la respuesta inmunológica en enfermedades tales como la esclerosis
múltiple. La apitoxina contiene la enzima fosfolipasa A2 que ataca las células tumorales, por
lo que se considera también un buen aliado contra enfermedades como el cáncer.
Para la aplicación segura de tratamientos de apiterapia, en concreto con veneno
de abeja, es muy importante realizar al paciente pruebas de sensibilidad previos, para evitar el
peligro de choque anafiláctico en personas alérgicas al mismo. |