La miel de abeja es el alimento fabricado por las abejas del tipo «Apis melífera» —abejas
melíferas— a través del néctar del las flores, situado en la base de sus pétalos, y distintas
sustancias azucaradas que recolectan de las plantas —mielato-. Una vez que localizan los lugares de
recolección del néctar y otras sustancias de las plantas, los liban y almacenan en el buche melario
de sus aparatos digestivos. Cuando regresan a la
colmena,
pasan esta libación a otras obreras, operación que puede realizarse varias veces con el fin de ir
eliminando el agua, aportándole además sus propias enzimas con lo que se enriquece, hasta que es
depositado en la celdilla para continuar con el proceso de deshidratación y maduración. La miel,
para su elaboración, requiere una maduración y deshidratación completas, que las abejas obreras
consiguen extendiendo las gotas de
miel
sucesivamente en las celdas, para que estén expuestas al aire; la temperatura de la colmena, de
unos 35º, también contribuye a ésta pérdida de agua, junto con el movimiento de alas de las abejas.
Finalizado todo este procedimiento, la miel habrá perdido un 80% de agua. Las obreras llenarán las
celdas con gotas de esta miel deshidratada, cubriéndolas con una tapa de cera virgen— opérculo-. La
miel así fabricada por las abejas ya está lista para su consumo en este punto.
La extracción de la miel para la industria de la apicultura se realiza en el
momento en que los panales se encuentran así, operculados, lo que indica ya el grado de madurez
necesario del producto. Es el llamado proceso de «desopercular», o despegar con un cuchillo
especial —cuchillo desoperculador—
la tapa u opérculo de las celdillas para permitir la extracción de la miel. También se puede usar
un cepillo especial que descubre los opérculos. En este momento los
panales de miel
se sitúan dentro de unos recipientes para la extracción de la miel por medio del centrifugado,
quedando éstos limpios y preparados para una siguiente utilización por las abejas. Una vez
extraída, la miel se filtra y se deja en reposo para un posterior decantado que elimine totalmente
las impurezas. Es el momento del envasado. La
miel de abeja
es un alimento energético por contener azúcares simples, con beneficios para los huesos —calcio— y
para la regeneración sanguínea —hierro—. Tiene propiedades antibióticas,
cicatrizantes, antisépticas, antianémicas; es diurética, facilita funciones
respiratorias y digestivas, y también es sedante. La miel contiene 181 sustancias distintas.
Su aspecto, sabor, color y textura varían mucho dependiendo del tipo de flores del que provienen.
La miel es muy aconsejable para la actividad física o mental por ser muy fácil de asimilar por el
organismo.
La miel tiende a cristalizarse, llegando a tener una consistencia más o menos
sólida. Las bajas temperaturas, el mayor contenido de glucosa, y las partículas en suspensión
—granos de polen, pequeños restos de cera— son los responsables de esta consistencia cristalizada.
Al pasteurizarse, la miel se mantiene siempre en estado líquido, pero este proceso hace que pierda
muchas de las
propiedades de la miel
sin tratar.
La miel es un producto natural que elaboran las abejas con el néctar de las
flores y lo enriquecen con sus propias enzimas y otras sustancias. Las
abejas
son intermediarias entre los productos más beneficiosos de las plantas y el hombre. Para su mejor
conservación la miel debe mantenerse alejada de la luz solar en un lugar seco. Debido a su gran
poder bactericida, la miel no tiene fecha de caducidad. Se han encontrado recipientes con
miel, aún en buen estado, en tumbas egipcias de varios milenios. |