Las múltiples propiedades de la miel de abeja la han convertido desde la antigüedad en el
alimento-medicamento más famoso del mundo. La miel, producida por las abejas a partir del néctar de
las flores transformado y que ellas usan como alimento completo, ha sido objeto de múltiples
estudios por sus grandes propiedades fortificantes, antisépticas,
bactericidas, calmantes, etc. Todo esto, además de su agradable sabor dulce propicio
para tantas aplicaciones gastronómicas, especialmente en repostería. Los componentes de la miel son
agua —14 al 22%—, fructosa —28 al 44%— glucosa —22 al 40%—, y en menor porcentaje sacarosa, otros
azúcares, maltosa, aminoácidos y proteínas, vitaminas, enzimas, hormonas, y minerales.
Al comenzar el día, una cucharadita de miel con el desayuno nos proporciona la
energía necesaria para afrontar la actividad diaria, debido a su alto contenido en azúcares simples
de fácil asimilación, por lo que se considera una fuente de energía de uso inmediato.
Ayuda a la cicatrización de las úlceras gástricas si se toma en ayunas y no se
ingieren otros alimentos durante 2 horas. Mezclada con limón, alivia los procesos inflamatorios de
garganta y calma la tos. Otra de las
propiedades de la miel
es que ayuda a nuestro sistema inmunológico al prevenir las infecciones, incluso en
quemaduras y heridas, acelerando la cicatrización de la piel, por contener la enzima glucosa
oxidasa. También tiene propiedades antioxidantes. La
miel de abeja
es considerada alimento prebiótico, ya que contiene oligosacáridos que mejoran la salud digestiva,
y tiene efectos laxantes. También son conocidas sus bondades para tratar alergias, control del
colesterol, y prevención de problemas del corazón.
En cosmética también tiene muchas aplicaciones —mascarillas,
cremas antiarrugas,
champús, jabones— debido a sus propiedades beneficiosas para la piel y por su suavidad.
Es necesario tener precaución, no obstante, con la alimentación infantil, ya que
si la ingieren niños menores de un año pueden contraer botulismo infantil, debido a que las esporas
del botulismo sí sobreviven en la miel, siendo inofensivas para organismos adultos por la acidez
estomacal de su sistema digestivo.
La miel también está indicada en tratamientos dietéticos, combinada con
otros productos naturales.
La miel es muy beneficiosa para las personas de edad, ya que en éstas se
producen modificaciones del metabolismo y de las cantidades de oligoelementos en sangre y tejidos.
La miel aporta todos estos elementos de forma natural favoreciendo su estado general de
salud.
Otra propiedad de la miel es su perdurabilidad, ya que por su alta concentración
de azúcares elimina las bacterias, y su bajo contenido en agua impide que las levaduras prosperen.
En condiciones óptimas ambientales, la miel no caduca y una condición básica para su
conservación es su baja cantidad de agua, que debe estar por debajo del 18%. Estas propiedades la
hacen ser un potente conservante natural. En la antigüedad se utilizaba la miel para conservar
cuerpos humanos en largos itinerarios de traslado de una ciudad a otra previos a sus
exequias.
La miel es uno de los alimentos-medicina naturales más saludables que existen,
al ser un producto elaborado por las abejas a partir del polen de las flores, y haber acompañado al
hombre a lo largo de siglos de historia, mencionándose incluso en las Sagradas Escrituras, lo cual
es sobrada garantía de su eficacia. |