El zángano es la abeja macho de la colmena. Sus características físicas más destacables son
su tamaño superior al de las abejas obreras, un abdomen largo, robusto y rectangular, sus ojos
unidos y grandes en la zona superior de la cabeza, que les permite una visión panorámica, las
antenas más largas, la carencia de aguijón —en realidad es un ovipositor modificado para la
fecundación—, carecer de glándulas productoras de cera, no segregar
jalea real
y su vuelo bullicioso. Abundan durante la primavera, ya que es la época de reproducción. Nacen de
los huevos no fecundados de la
abeja reina
—partenogénesis-. Su periodo de desarrollo desde la fase de huevo a la de adulto es de 24 días,
alcanzando la madurez sexual a los 12 días. Sus fases de desarrollo son la de huevo (3 días), larva
(5 días y medio) y ninfa (15 días y medio).
La función primordial de los zánganos es la de fecundar a la abeja reina, aunque
también colaboran en otras tareas de la colmena, como es producir calor para las crías, ayudando y
reemplazando a las
abejas obreras,
o repartir el néctar entre éstas para alimentarlas. No pueden ayudar en la recolección del néctar
de las flores por carecer de una lengua larga como las abejas obreras recolectoras, y tampoco
tienen cestillo para el polen.
La fecundación se produce en pleno vuelo —vuelo nupcial— y son los ejemplares
más fuertes, por la velocidad de su vuelo en picado, los que alcanzarán y fecundarán a la reina.
Los
zánganos
mueren inmediatamente después del apareamiento, lo que evita la endogamia dentro de la comunidad,
además de colaborar a la selección de los genes más fuertes. Las reinas vírgenes realizan varios
vuelos de apareamiento durante varios días, y copulan con distintos zánganos, siendo fecundadas de
por vida; almacenan el esperma en una zona de su abdomen llamada espermateca; las reinas
proporcionan nutrientes a las células germinales, y así éstas se mantienen vivas toda la etapa
reproductiva de las reinas. Las reinas ponen huevos de zángano durante todos los periodos de
floración. Los zánganos son numerosos en las
colmenas
en primavera y verano. A finales de otoño, y cuando comienza a mermar el alimento, las abejas
obreras eliminan a los zánganos impidiendo su entrada en la colmena. Cuando hay un exceso de
zánganos, los
apicultores
también los pueden eliminar instalando una rejilla en la abertura de la piquera, que sólo permitirá
por el tamaño de su trama, pasar a las abejas obreras —la «trampa Alley»—. Los zánganos viven unos
tres meses, o el tiempo que en la colmena haya reinas vírgenes para fecundar.
La carencia de glándulas odoríferas posibilita al zángano acceder libremente a
otras colmenas que no son la suya, lo que permite el intercambio genético entre distintas colmenas,
pero también tiene la parte negativa de ser un factor de transmisión de enfermedades e insectos
parásitos y pulgones. Este comportamiento no lo comparten las abejas obreras ni las reinas. |